Artículo publicado en el diario Información el 30/6/2022
En estos días miles de estudiantes se decantan por elegir sus estudios universitarios. Después de cursar el bachillerato, el estrés de todo el proceso y los nervios en preparar las pruebas de acceso a la universidad, y por último, la espera en conocer los resultados que se publicaron la semana pasada, toca ahora elegir el destino.
Elegir los estudios universitarios seguramente sea una de las decisiones más importantes que tome una persona en su vida profesional. Previamente, ha trabajado a conciencia en conseguir unos resultados que le permitan acceder a los estudios soñados; otros seguramente no lo tuvieran claro y hayan esperado a la calificación para ver qué y dónde estudiar.
Históricamente han sido las titulaciones como las de Medicina una de las que tienen las calificaciones más altas y que a partir del año próximo, también pasarán a ofertarse en la Universidad de Alicante. Pero también, en los últimos años han tomado auge otro tipo de titulaciones por la alta demanda de nuevos perfiles profesionales.
Titulaciones como las de matemáticas y físicas que habían estado algo denostadas, han vuelto a tener un filón por perfiles conectados con el ámbito de los datos (como Chief Data Officer) o en la industria energética, entre otras.
También, las titulaciones ya mencionadas relacionadas con la medicina o la enfermería también tienen una mayor envergadura al demostrarse lo fundamental de estas profesiones para dar respuesta a la pandemia que hemos vivido. Pero también relacionadas con esta temática, la biomedicina, la bioquímica o la biología molecular, tienen un enorme éxito.
Por otro lado, las nuevas titulaciones que se están creando relacionadas con la inteligencia artificial, la robótica responden a los retos que demandan esta década. O las ingenierías ya clásicas como la informática, la industrial o la informática, tienen una alta empleabilidad. De la misma manera, que también se ofrece cada vez más oferta en dobles grados que ofrecen dos titulaciones académicas de dos disciplinas, a priori diferentes, pero cuya combinación de conocimientos aportan una simbiosis interesante en el campo profesional.
Sin olvidar también, las personas que tienen una vocación de servicio público al país y se decantan por el acceso a la escala de oficiales de las diferentes academias de los ejércitos de nuestras Fuerzas Armadas, que forman en una profesión y se obtiene un título de grado universitario.
Aún así, es importante no obsesionarse en intentar escoger titulaciones que vayan a tener una salida profesional sino elegir estudios que les apasione, que les interese, que se vayan a sentir orgullosos del camino elegido. Que cada día que se levanten tengan ilusión por ir a estudiar a la facultad que han elegido.
Sepan las personas que ahora se incorporan al ámbito universitario en que quizás, después de unos años cuando hayan finalizado sus estudios y hayan iniciado su andadura profesional, cuando echen la vista atrás, comprueben que realmente no se dedican a aquello que durante unos años de su vida se dedicaron a preparar. Al fin y al cabo, los estudios universitarios nos ayudan a preparar nuestra carrera profesional pero en si mismo no son un fin, sino un medio que nos ayuda a preparar los diferentes retos que nos surja en el devenir profesional. Es decir, que no se extrañen si después no se dedican específicamente para lo que se han fraguado tanto tiempo.
Al fin y al cabo, la mayoría de profesiones en la actualidad requieren de un estudio constante para adaptarse a los desafíos de cada tiempo que nos toca vivir.
Con todo ello, elegir universidad y estudios es una decisión trascendental porque nos marcará el futuro pero tampoco es una decisión definitiva porque tendremos que adaptarnos a las nuevas situaciones. Elijan una buena universidad y unos estudios que crean que les apasiona, en la que crean que vayan a ser felices y para quienes les toca elegir, tengan mucha suerte en lo que han escogido.
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